Ruta Jacobea del Ebro
La Rioja Oriental también es Camino hacia Santiago de Compostela. La Ruta Jacobea del Ebro es la que siguen los peregrinos desde Tortosa a Logroño, para enlazar allí con el Camino Francés. La calzada romana, que une Tarraco con Astorga, es un histórico eje de comunicaciones que descubre al caminante tierras y gentes de Cataluña, Aragón, Navarra y La Rioja.
El Camino Jacobeo del Ebro entra en tierras riojanas por Alfaro. En esta ciudad encontramos varios elementos únicos: la tumba vertical, fruto de una historia de amor; su majestuosa colegiata de San Miguel, el templo más grande de La Rioja y con la mayor colonia de cigüeña blanca del mundo; el conjunto arqueológico del Burgo y los Sotos del Ebro. Al salir de la ciudad está la ermita del Pilar y de allí el Camino continúa hacia Rincón de Soto.
A 12 kilómetros está Calahorra y el caminante se encuentra con El Crucifijo o Humilladero, levantado en el siglo XVI en honor de los peregrinos. Cruzando el puente sobre el río Cidacos, la catedral de Santa María, con numerosos elementos jacobeos y subiendo la cuesta de la catedral, la iglesia de Santiago, con retablo de Diego de Camporredondo dedicado al Apóstol.
De Calahorra, el peregrino sigue hacia Alcanadre, con la iglesia de Santa María y la ermita de Aradón. En Arrúbal, la iglesia del Salvador, y en Agoncillo el impresionante castillo de Aguas Mansas. Después de cruzar el río Iregua, el peregrino llega a Logroño, donde se encuentra con los caminantes que llegan de Roncesvalles y el Somport.